Estamos acostumbrados a hablar de nuestras cosas de una manera muy poco clara e inespecífica. Esperamos que la persona a la que nos dirigimos comprenda perfectamente cada detalle de lo que pensamos al emitir nuestro mensaje. Claramente estamos esperando que los demás sean adivinos porque todo lo que no decimos no lo pueden saber. Eso de decir. “pero si ya me conoce” o “ya sabe a lo que me refiero”, no sirve.
Mariola Rubio
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